Cuál es la raíz del egoísmo
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El egoísmo es, en la base, el concepto y/o la práctica de la preocupación por los propios intereses en algún tipo de prioridad a los intereses de los demás; a menudo se utiliza para referirse a un interés propio que se presenta en una forma particular, o por encima de un determinado nivel.
El egoísmo suele asociarse a un acto deliberado. Por ejemplo, una persona egoísta se centra deliberadamente en su propia agenda, en lugar de la de los demás. El acto de ser egoísta también puede ser inconsciente o accidental. Este tipo de egoísmo no es menos válido y de hecho puede ser más destructivo para una sociedad en general, debido a su naturaleza menos obvia. Los ejemplos de egoísmo inconsciente pueden ser tan pequeños que no se noten, pero a menudo ocurren en grandes cantidades.
Como es probable que la mayoría de la gente haya realizado un acto egoísta sin saberlo, probablemente sea más correcto decir que el des-egoísmo es un acto deliberado, en lugar del egoísmo, que tiende a ocurrir de forma natural. [Cómo hacer referencia y enlazar con el resumen o el texto]
La psicología del egoísmo hoy en día
El egoísmo suele considerarse una característica indeseable o incluso inmoral, mientras que el altruismo suele considerarse universalmente deseable y virtuoso. Sin embargo, la historia de la humanidad y los trabajos de los psicólogos humanistas y psicodinámicos apuntan a un panorama más complejo: no todo el egoísmo es necesariamente malo, ni todo el altruismo es necesariamente bueno. Sobre la base de estos escritos, introducimos nuevas escalas para la evaluación de las diferencias individuales en dos formas paradójicas de egoísmo que han carecido de medición en el campo: el egoísmo sano (HS) y el altruismo patológico (PA). En dos estudios (N1 = 370, N2 = 891), construimos y validamos las escalas de HS y PA. Las escalas mostraron una buena consistencia interna y una clara estructura bidimensional en ambos estudios. La HS se relacionó con niveles más altos de bienestar psicológico y funcionamiento psicológico adaptativo, así como con una auténtica orientación prosocial. La AF se asoció con resultados psicológicos desadaptativos, narcisismo vulnerable y motivaciones egoístas para ayudar a los demás. Estos resultados sustentan la naturaleza paradójica de ambos constructos. Discutimos las implicaciones para futuras investigaciones, incluyendo las implicaciones clínicas.
Amigos egoístas
Un mal peinado, una sopa demasiado salada o una mercancía defectuosa son buenas razones para quejarse. Los especialistas recomiendan expresar tu insatisfacción con el servicio y pedir que se arregle esa situación desagradable. Si es imposible, tienes derecho a una indemnización.
Si tu amigo te llama todos los días para quejarse de su vida y esto se prolonga durante muchos años, tal vez sea el momento de reflexionar sobre vuestra relación. La amistad debe aportar alegría e inspiración y debe funcionar en ambos sentidos. Es esencial ayudar y apoyar a tus amigos, pero debes hacerlo bien:
Vivir la vida por los demás puede parecer noble, pero puede tener consecuencias devastadoras. La madurez psicológica significa que una persona puede separar sus verdaderos deseos y aspiraciones de los impuestos y puede hacer realidad sus sueños.
Consecuencias del egoísmo
Aristóteles se unió a la mayoría de sus compatriotas al condenar a los que sólo buscaban beneficiarse a sí mismos; pero aprobaba al hombre de razón que buscaba ganar para sí la mayor parte de lo que merecía el elogio social[4].
Adam Smith, con el concepto de la mano invisible, consideraba que el sistema económico era útil para canalizar el interés propio egoísta hacia fines más amplios[9]. John Locke, junto con Adam Smith, fue una figura clave del primer liberalismo clásico:[10] una ideología que supera las nociones de individualismo y libertad negativa. Estos temas centrales se relacionan inevitablemente con el concepto de egoísmo. Locke, por ejemplo, pretendía que las personas ejercieran el “autogobierno”, es decir, la idea de que un individuo debe tomar sus propias decisiones[11]. Este derecho inherente permitiría a los individuos perseguir sus propios intereses, en lugar de sufrir las cargas de cualquier obligación altruista[12]. Así, a diferencia de ideologías políticas como el socialismo, Locke y otros liberales clásicos creen que el egoísmo está arraigado en la naturaleza humana. Podría decirse que Locke abrió la puerta para que pensadores posteriores como Ayn Rand defendieran el egoísmo como una virtud social y la raíz del progreso social[13].