¿Qué piensa Platón sobre el ser humano?

¿Qué piensa Platón sobre el ser humano?

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Veinticinco años después de ser escritos, los diálogos de Platón siguen aportando ideas que resuenan en los debates filosóficos actuales. En su nuevo libro, “La psicología moral de Platón: Intellectualism, the Divided Soul, and the Desire for Good”, Rachana Kamtekar, profesora de filosofía, examina el enfoque de Platón sobre la motivación humana.

Según la interpretación dominante de la psicología de Platón, en los primeros diálogos Platón propone que los seres humanos sólo hacemos lo que creemos que es lo mejor de las cosas que podemos hacer, de modo que todo lo malo se debe a la ignorancia y es, por tanto, involuntario (“intelectualismo socrático”). Luego, se supone, que revierte esta propuesta en los diálogos centrales, para explicar el hecho de que a veces comemos más de lo que sabemos que debemos, o descargamos nuestra ira cuando sabemos que no debemos, introduciendo un “alma dividida”, algunas de cuyas partes tienen deseos buenos e independientes y pueden tomar el control de nuestras acciones.

Kamtekar se aparta de esta interpretación dominante. Señalando que Platón llama involuntario al mal incluso después de haber dividido el alma, argumenta que a lo largo de los diálogos Platón postula un deseo natural por nuestro propio bien, y llama “involuntarias” a las acciones y condiciones que inhiben el cumplimiento de este deseo. En este sentido, Platón sigue a sus predecesores intelectuales y a sus contemporáneos, que excusan el mal comportamiento cuando consideran que se debe a que la persona está obligada por un agente externo o una pasión. Aunque Platón se distingue por subrayar que la ignorancia es una condición que nos hace vulnerables a dicha compulsión, no trata la ignorancia por sí misma como algo que hace que nuestras acciones sean involuntarias. En cambio, esta última es una visión con la que representa a Sócrates tentando a los sofistas -sus rivales-.

Alma de Platón

Veinticinco años después de ser escritos, los diálogos de Platón siguen aportando ideas que resuenan en los debates filosóficos actuales. En su nuevo libro, “La psicología moral de Platón: Intellectualism, the Divided Soul, and the Desire for Good”, Rachana Kamtekar, profesora de filosofía, examina el enfoque de Platón sobre la motivación humana.

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Según la interpretación dominante de la psicología de Platón, en los primeros diálogos Platón propone que los seres humanos sólo hacemos lo que creemos que es lo mejor de las cosas que podemos hacer, de modo que todo lo malo se debe a la ignorancia y es, por tanto, involuntario (“intelectualismo socrático”). Luego, se supone, que revierte esta propuesta en los diálogos centrales, para explicar el hecho de que a veces comemos más de lo que sabemos que debemos, o descargamos nuestra ira cuando sabemos que no debemos, introduciendo un “alma dividida”, algunas de cuyas partes tienen deseos buenos e independientes y pueden tomar el control de nuestras acciones.

Kamtekar se aparta de esta interpretación dominante. Señalando que Platón llama involuntario al mal incluso después de haber dividido el alma, argumenta que a lo largo de los diálogos Platón postula un deseo natural por nuestro propio bien, y llama “involuntarias” a las acciones y condiciones que inhiben el cumplimiento de este deseo. En este sentido, Platón sigue a sus predecesores intelectuales y a sus contemporáneos, que excusan el mal comportamiento cuando consideran que se debe a que la persona está obligada por un agente externo o una pasión. Aunque Platón se distingue por subrayar que la ignorancia es una condición que nos hace vulnerables a dicha compulsión, no trata la ignorancia por sí misma como algo que hace que nuestras acciones sean involuntarias. En cambio, esta última es una visión con la que representa a Sócrates tentando a los sofistas -sus rivales-.

¿La creencia de Platón y Aristóteles de que la razón es la esencia del ser humano?

La naturaleza humana es una teoría que se ha debatido durante siglos y siglos. Los filósofos han discutido el concepto desde que el ser humano está en la tierra. Quizás ninguno más sabio que Platón, Sócrates y Aristóteles. La verdad aparentemente subyacente es que hay características: pensar, actuar, sentir. Que todos experimentamos consciente o subconscientemente y que hacen que los humanos hagan las cosas que hacen. La búsqueda de la naturaleza humana no es más que la búsqueda de verdades universales y encontrar la mejor manera de vivir.

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La naturaleza humana fue ampliamente teorizada en la antigua filosofía griega. Curiosamente, casi todos los “filósofos clásicos creían que la forma de llevar una buena vida era vivir de acuerdo con la naturaleza”. Uno de los primeros filósofos

Platón tenía muchas ideas sobre la naturaleza humana, pero la suya partía de una vía que muchos filósofos no examinaron. Platón creía que la naturaleza humana tenía mucho más que ver con nuestras almas que con nuestros cuerpos. Platón afirma que la principal tarea del alma es perseguir el conocimiento esto lo podemos descifrar en la Alegoría de la caverna. Aunque Platón creía que el alma tiene tres partes la parte Lógica, la Espiritual y la Apetitiva. La parte lógica del alma es responsable de la búsqueda del conocimiento y la verdad, mientras que la parte espiritual Platón la identificó con la ira y el temperamento, por último la parte apetitiva del alma es responsable del amor, el sexo, el hambre y la sed; Platón teorizó que la parte apetitiva es generalmente opuesta a la parte lógica del alma. Platón consideraba que el cuerpo era un obstáculo para el alma, casi como si el cuerpo fuera la prisión del alma. Platón creía que es necesario equilibrar todos los lados del alma dependiendo del tipo de sociedad en la que se viva

Ensayo sobre la naturaleza humana según Platón

A través de los textos éticos antiguos se puede ver cómo surgieron la naturaleza humana y las normas morales. La teología menfita (4.2.1) sugiere que la cultura egipcia, alrededor del año 700 a.C., desarrolló temas e influencias que iniciaron la evolución de la ética occidental. La teología menfita se refiere al mito de la creación de Ptah, el dios creador, responsable de la creación de toda la existencia del universo. Durante su creación, “se hicieron los principios vitales masculinos y se establecieron los femeninos”, lo que significa que a través de las experiencias de la vida cotidiana surgieron una serie de éticas y creencias que acabaron convirtiéndose en la norma (4.2.1). Se dice que “quienes hicieron todo el sustento y toda ofrenda, mediante esa palabra que hace lo que se ama y lo que se odia” (4.2.1). La sociedad de la época del antiguo Egipto sugiere que la gente determinaba qué principios de vida eran buenos y cuáles eran malos, dándose ideas de lo que era correcto e incorrecto, junto con el tema del bien contra el mal. Los antiguos egipcios también creían en el karma bueno y malo, “así se le ha dado la vida al que tiene calma y la muerte al que tiene maldad” (4.2.1).

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