Qué es la emoción
Para aumentar la complejidad, también tenemos creencias sobre nuestras emociones: si son una fuerza positiva y manejable en nuestras vidas o intrusos no deseados que causan estragos en nuestra psique. Estas creencias pueden ser inconscientes, probablemente basadas en nuestras propias experiencias o en los mensajes implícitos y explícitos que recibimos de nuestros padres y nuestra cultura.
Ahora, una nueva investigación sugiere que estas creencias sobre nuestros sentimientos -ya sean “buenos” o “malos”, “controlables” o “incontrolables”- nos afectan de manera importante. Creer que las emociones son generalmente útiles, pero que pueden cambiarse cuando son problemáticas, puede ayudarnos a recuperarnos mejor de los trastornos emocionales y evitar que caigamos en la depresión y la ansiedad.
“Aprender por qué las personas tienen emociones, cómo son de adaptativas y cómo pueden beneficiarte de alguna manera es crucial para entenderlas y puede beneficiar tu bienestar”, dice el investigador Eric Smith, de la Universidad de Stanford.
Imagina que una amiga íntima te ignora cuando llegas a su fiesta. Te enfadarías o te molestarías, ¿verdad? Pero si trataras de pensar en la situación de forma diferente -quizás tu amiga no te vio o estaba distraída con las tareas de anfitriona- eso te ayudaría a calmarte y evitaría que te comportaras.
3 formas de entender mejor tus emociones
Seleccione el grupo de edad sobre el que busca informaciónLa importancia de gestionar las emocionesCada uno de nosotros desempeña muchos papeles en nuestra vida: desde ser el sostén de la familia, un amigo, un modelo para nuestros hijos, hasta ser el cuidador de nuestros padres ancianos. Estas responsabilidades suelen conllevar diferentes retos y preocupaciones, y a veces nos sentimos abrumados o agotados. Estos sentimientos suelen manifestarse en forma de emociones intensas. Si aprendemos a gestionar estas emociones, podremos cuidar mejor de nuestro propio bienestar. Esto, a su vez, nos situará en una mejor posición para apoyar a nuestros seres queridos y superar cualquier reto que se nos presente.
¿Qué son las emociones y por qué las sentimos? Todos experimentamos emociones como una parte normal e importante de nuestras vidas.Las emociones son informaciónNos ayudan a saber cómo responder adecuadamente a las circunstancias en las que nos encontramos y a enmarcar lo que hacemos de la situación.Es normal sentir todo tipo de emocionesTodas las emociones tienen sus funciones. Experimentar toda la gama de emociones da sentido a nuestras vidas y nos ayuda a manejar los desafíos.
Cómo deshacerse de las emociones
Gestionar eficazmente las emociones es una habilidad clave para el liderazgo. Y poner nombre a nuestras emociones -lo que los psicólogos llaman etiquetar- es un primer paso importante para tratarlas con eficacia. Pero es más difícil de lo que parece; a muchos de nosotros nos cuesta identificar lo que sentimos exactamente, y a menudo la etiqueta más obvia no es en realidad la más precisa.
Hay varias razones por las que esto es tan difícil: Hemos sido entrenados para creer que las emociones fuertes deben ser reprimidas. Tenemos ciertas normas sociales y organizativas (a veces tácitas) que nos impiden expresarlas. O nunca hemos aprendido un lenguaje para describir con precisión nuestras emociones. Consideremos estos dos ejemplos:
Neena está en una reunión con Jared y todo el tiempo ha estado diciendo cosas que le dan ganas de explotar. Además de interrumpirla a cada momento, le ha vuelto a recordar a todo el mundo aquel proyecto en el que ella trabajó y que fracasó. Está muy enfadada.
La ira y el estrés son dos de las emociones que más vemos en el lugar de trabajo, o al menos esos son los términos que utilizamos para referirnos a ellas con más frecuencia. Sin embargo, a menudo son máscaras de sentimientos más profundos que podríamos y deberíamos describir de forma más matizada y precisa, de modo que desarrollemos mayores niveles de agilidad emocional, una capacidad fundamental que nos permite interactuar con más éxito con nosotros mismos y con el mundo (más información sobre la agilidad emocional en mi nuevo libro del mismo nombre, disponible aquí).
De dónde vienen las emociones
Comparte esta historia, ¡elige tu plataforma! James* se enorgullecía de ser un hombre racional que no se dejaba llevar por las emociones y destacaba en el trabajo. Sin embargo, aunque parecía tranquilo y sereno en la superficie, internamente siempre tenía la sensación de que no pertenecía y tenía que demostrar su valía para ganarse el respeto de la gente. Empezó a tener relaciones, pero a menudo, después de un tiempo, sentía que las parejas no eran adecuadas para él y no satisfacían sus necesidades. James había sido enviado a un internado a una edad temprana y había tenido que confiar en sus propios recursos cuando echaba de menos su casa y tener personas y cosas familiares y reconfortantes a su alrededor. Sentía que no podía comunicar su angustia a sus padres, que pagaban tanto por su educación. A menudo, se sentía solo como un niño.
Jane* sentía que a menudo se dejaba llevar por sus sentimientos y, en particular, cuando tenía una relación, se encontraba en un estado de ansiedad, ya que su(s) pareja(s) no respondía(n) a sus necesidades emocionales de una manera que la hubiera tranquilizado. Jane vivía a menudo en su cabeza y experimentaba pensamientos acelerados que intentaba controlar y se sentía mal cuando no podía detenerlos. Jane creció en un hogar monoparental en el que su madre tenía que irse a menudo con niñeras y nunca estaba segura de cuándo volvería su madre del trabajo. No había nadie que ayudara a Jane a entender sus respuestas emocionales.