¿Por qué es importante cambiar los malos hábitos?

¿Por qué es importante cambiar los malos hábitos?

Cómo cambiar los malos hábitos en una relación

Si sabes que algo es malo para ti, ¿por qué no puedes dejarlo? Cerca del 70% de los fumadores dicen que les gustaría dejarlo. Las personas que abusan de las drogas y el alcohol luchan por dejar las adicciones que dañan su cuerpo y destrozan familias y amistades. Y muchos de nosotros tenemos un exceso de peso poco saludable que podríamos perder si comiéramos bien y hiciéramos más ejercicio. Entonces, ¿por qué no lo hacemos?

Los hábitos pueden surgir a través de la repetición. Son una parte normal de la vida, y a menudo son útiles. “Nos levantamos cada mañana, nos duchamos, nos peinamos o nos lavamos los dientes sin ser conscientes de ello”, dice Volkow. Podemos conducir por rutas conocidas con el piloto automático mental sin pensar realmente en las direcciones. “Cuando los comportamientos se vuelven automáticos, nos dan una ventaja, porque el cerebro no tiene que utilizar el pensamiento consciente para realizar la actividad”, dice Volkow. Esto libera a nuestro cerebro para que se concentre en otras cosas”.

Los hábitos también pueden desarrollarse cuando los acontecimientos buenos o agradables activan los centros de “recompensa” del cerebro. Esto puede establecer rutinas potencialmente dañinas, como comer en exceso, fumar, abusar de las drogas o el alcohol, apostar e incluso usar compulsivamente el ordenador y las redes sociales.

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Los hábitos, buenos o malos, siguen un patrón típico de tres pasos. Una forma de describirlo es como las tres R: recordatorio, rutina y recompensa. Al desglosar el ciclo de un mal hábito, puedes identificar lo que desencadena la rutina y empezar a abordar lo que realmente debe cambiar. De este modo, se puede establecer un patrón de hábitos nuevos y más saludables.

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“Es normal y natural que a los hombres les apetezca relajarse y dejar de lado la disciplina de autocontrol de los hábitos saludables, como el ejercicio regular y una dieta sana. Pero sentirse bien y con energía requiere una inversión diaria en la superación personal, que empieza por dejar de lado los hábitos poco saludables y emprender los saludables.”

Una de las razones más comunes por las que la gente no consigue hacer un cambio duradero es que no crea primero una base sólida. “Tienes que asegurarte de que el cambio de hábito es importante y de que tienes confianza en que puedes lograrlo”, dice Moore. Esto puede parecer sencillo, pero a menudo la gente emprende cambios que son importantes para los demás pero no para ellos mismos, o sienten en el fondo que la tarea es demasiado desalentadora. “Antes de centrarse en cambiar un mal hábito, hay que medir tanto la motivación como la confianza”, dice Moore.

Ensayo para cambiar los malos hábitos

Los hábitos pueden tener una enorme repercusión en el lugar de trabajo, y no nos referimos sólo a morderse las uñas, la comida basura y los cigarrillos. Los hábitos afectan a todos los aspectos del comportamiento de una persona y pueden influir en la forma en que esa persona responde a las normas y reglamentos de una empresa, en cómo interactúa con sus compañeros de trabajo y, en última instancia, determinan su nivel de rendimiento en el trabajo.

Para la mayoría de las personas, sus hábitos están tan arraigados que es como si estuvieran operando en piloto automático cuando el hábito se pone en marcha. Esto es cierto tanto para los buenos como para los malos hábitos; los buenos hábitos pueden hacernos más eficientes, y los malos pueden obstaculizar el logro de los objetivos.

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En primer lugar, hay que entender cómo funcionan los hábitos. Charles Duhigg, autor de El poder de los hábitos, presentó un sencillo bucle neurológico en el centro de cada hábito que consta de tres componentes: pista, rutina y recompensa. Para entender mejor tus hábitos, tienes que desglosar tu propio bucle de hábitos.

No olvides que no tienes que hacerlo solo. Si le comunicas a la gente tu intención de cambiar tus malos hábitos, también invitarás a esas personas a rendirte cuentas. Y, quién sabe, tal vez les inspire a hacer un cambio positivo.

Psicología de los malos hábitos

Si quieres cambiar tu vida, cambia tus hábitos. Pero para romper un mal hábito hace falta algo más que querer cambiar, hace falta estrategia y dedicación. Junto con la sustitución de su mal hábito por un hábito saludable en su lugar. Sin embargo, la buena noticia es que después del duro trabajo inicial, tus nuevos hábitos saludables se convierten en una segunda naturaleza y la vida se vuelve mucho más fácil.

No eres una sola acción, del mismo modo que una sola comida o un solo entrenamiento no transformarán tu salud. Eres la culminación de todas las decisiones que has tomado a lo largo de tu vida. Y cada decisión que tomas es un voto a favor o en contra del tipo de persona en la que quieres convertirte para avanzar.

No es tu falta de voluntad o motivación lo que te lleva a tomar malas decisiones (1,2). A menudo, nuestros hábitos están tan arraigados en nuestro día a día que ni siquiera nos damos cuenta de cuáles son nuestros malos hábitos.

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Este es el fundamento básico de todos los hábitos, buenos o malos. Algo desencadena un comportamiento, ya sea un recordatorio visual, un sentimiento o sensación, la hora del día o un comportamiento anterior. A continuación, la acción va seguida de una retroalimentación, ya sea positiva o negativa. Si la retroalimentación parece una recompensa, es más probable que la acción se repita. Entonces, tras repetirla continuamente, se forma un hábito.