Me encanta estar solo
Si escuchas constantemente que necesitas estar en una relación para ser feliz, rodeado de amigos en todo momento, no estás ni mucho menos solo. “Mucha gente no se da cuenta -dice la doctora Carla Marie Manly, psicóloga clínica y autora del libro Joy From Fear (Alegría desde el miedo), de próxima aparición- de que se puede ser muy feliz solo y también bastante infeliz en compañía de otros.” La verdad es que la felicidad siempre empieza por uno mismo, y ser feliz solo es posible, aunque ahora no lo parezca.
Teniendo esto en cuenta, es importante entender que una relación no es el todo en lo que respecta a la felicidad: estar en una no es la cura para lo que te aflige, y estar fuera de una no significa que serás infeliz hasta que llegue la siguiente. Hay que admitir que esta es una verdad que a menudo se pierde en el desfile de parejas que parecen felices tanto en los medios de comunicación como en tu feed de Instagram y en el asiento de al lado en el café. Sin embargo, para que no te desesperes, hemos recopilado una lista de las formas más efectivas de asegurarte de que tus días a solas sean de los más satisfactorios. Así que sigue leyendo y disfruta de tu “tiempo para mí”.
Cómo ser soltero y feliz
En primer lugar, seamos claros, estar solo es diferente a sentirse solo. El sentimiento de soledad puede surgir aunque no estés solo, o puedes estar solo y no sentirte solo. Todo se reduce al significado que tu mente crea en ese momento.
En mis veinte años, estar sola era algo tan desencadenante que buscaba cualquier distracción que se me ocurriera para evitarlo: salir de fiesta, tener relaciones poco saludables, estar constantemente en movimiento y ocupada… Estar sola significaba no ser lo suficientemente buena: no ser lo suficientemente buena para tener amigos, no ser lo suficientemente buena para tener una relación, no ser lo suficientemente buena para ser amada…
Con los años he aprendido a disfrutar de mi propia compañía y ahora encuentro que estar sola es rejuvenecedor, la mayor parte del tiempo. Sin embargo, durante el tiempo de aislamiento y desconexión que todos hemos vivido en los últimos dos años, mis viejos patrones y creencias limitantes en torno a la soledad han traído de vuelta esa vieja y familiar incomodidad con la soledad en un par de ocasiones.
Incluso si has llegado a un punto en el que disfrutas de estar solo la mayor parte del tiempo, la soledad puede desencadenar cierta incomodidad. Exploremos formas de evitar que la mente cree un dolor innecesario y aprendamos a disfrutar de la soledad en esos momentos desencadenantes.
Cómo vivir una vida feliz
Este artículo fue escrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es una consejera profesional con licencia en Wisconsin especializada en adicciones y salud mental. Ofrece terapia a personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y el trauma en entornos de salud comunitarios y en la práctica privada. Recibió su maestría en Consejería de Salud Mental Clínica de la Universidad de Marquette en 2011.
Tanto si anhelas un novio o novia como si echas de menos a tu familia y amigos, puedes aprender a disfrutar de la soledad. Ten en cuenta que, aunque los humanos somos animales sociales, eso no significa que no podamos ser perfectamente felices también fuera de la sociedad.
Este artículo fue escrito por Trudi Griffin, LPC, MS. Trudi Griffin es una consejera profesional con licencia en Wisconsin especializada en adicciones y salud mental. Ofrece terapia a personas que luchan contra las adicciones, la salud mental y el trauma en entornos de salud comunitarios y en la práctica privada. Recibió su Maestría en Consejería de Salud Mental Clínica de la Universidad de Marquette en 2011. Este artículo ha sido visto 1.700.777 veces.
Cómo ser feliz solo
La soledad, que es mucho menos satisfactoria, se produce cuando anhelamos necesidades sociales y emocionales que no están cubiertas. Es cuando echamos de menos ser importantes para los demás, independientemente de que estemos solos o vivamos con alguien. La soledad social se siente cuando no tenemos un confidente y no podemos obtener el apoyo de compañeros, colegas, familiares o amigos. La soledad emocional es más probable cuando hay una falta de intimidad en las relaciones cercanas y exclusivas con la pareja romántica, los padres o los hijos. La soledad, en sus diferentes formas, puede llevar a la desesperación y a la depresión.
Cuando empezamos a creer que no tenemos ningún control sobre lo que ocurre y que lo único que podemos hacer es aceptar nuestro destino o renunciar a intentarlo, es un signo de impotencia. Sin embargo, lo que se necesita es un recordatorio de que “esto también pasará”. Analiza cuidadosamente lo que estás pensando y desafía activamente estas ideas y disputa los patrones de pensamiento negativos. Cuando se toma conciencia de los sentimientos y se reconocen los patrones de los pensamientos -al tiempo que se entabla una conversación con uno mismo que le saca de lo que puede ser una espiral descendente de impotencia y tristeza aprendidas-, la salud mental mejora.